Cuantas personas en este mismo instante se están prendiendo un pucho, y cuantos a su vez, en todo el planeta, necesitaran un transplante de pulmón.
Cuantos andarán riendose de nada y otros tantos llorando por demasiado.
Cuantos estarán regalandole un abrazo a quien no lo sabe valorar, debe haber algún otro al cual lo llene desde adentro.
Cuantos leerán sin comprender, ni detenerse, y otros pocos comprenden tanto sin siquiera ojearlo.
La realidad angustiante de cada uno es inherente a aquello que al otro le sobra sin necesidad, y eso se da sin que lo notemos.
El detenerse y ponerse en el lugar del otro, tan solo en un esbozo de un instante que te desborde, te servirá para sentir las cotidianeidades que te llenan el alma.
C.B
lunes, 8 de junio de 2009
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genial man!! genial!!
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